La Inmaculada Concepción de María de Nazareth
Oh María de Nazareth, que agradaste al Señor y fuiste su Madre; inmaculada en cuerpo, alma, fe y amor. Te pedimos humildemente que vuelvas benigna los ojos a los fieles que imploran tu nombre bendito y glorioso. ¡Oh Reina y Refugio de la raza humana, que desde el primer instante de tu Concepción Inmaculada quebrantaste la cabeza del enemigo! Escucha nuestras súplicas; te pedimos que las presentes ante el trono del de tu Hijo Jesús, Señor de Pasión, para que nunca caigamos en las tentaciones del enemigo que nos separan de él y lleguemos imitando tu ejemplo, a la Salvación. Que entre tantos peligros a los que el mundo nos expone, la Iglesia cante de nuevo un Cántico, un Himno grande como el que tú cantaste, un Himno de alabanza agradable a Dios. Así Sea.
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