La jornada del 3 de febrero, onomástica de San Blas, se convirtió para esta familia Crucera en un día muy especial. Volvíamos al recuerdo, a aquellos años de esplendor. Nuestra Sagrada Titular, María de Nazareth, bajaba durante unas horas de su altar para recibir a aquellos niños del barrio bautizados en el año previo, acogiéndolos bajo su manto de bendición. Nuestro Párroco y presidente, D. Miguel José Cano, puso a todos aquellos niños bajo el manto de la dolorosa para su protección; ella, como abogada de las mujeres encintas, también intercede por los niños ya nacidos para que, con la ayuda de sus progenitores, sepan seguir el buen camino de la Fe.
Todo este acto fue precedido por la Eucaristía, presidida por el párroco anteriormente mencionado, y donde de nuevo se exaltaron esos valores tan requeridos en estas fechas.
La Santísima Virgen estrenaba, para la ocasión, un pañuelo de tul bordado en diversas técnicas con motivos ornamentales y marianos, realizado y donado por NH Dña. Mª Dolores Rízquez.
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