Los elementos que llevan las Vírgenes de Pasión tienen un profundo significado
religioso, y cada uno de ellos es un símbolo mariano. Vamos a enumerar algunos de ellos y ver cuál es su significado.
LA CORONA
La mayoría de las Vírgenes llevan una corona del tipo imperial, compuestas de un aro o diadema y un bonete o canasto. En el siglo XVII se le añadieron unas bandas superiores cruzadas llamadas Imperiales, y un resplandor o aureola cuyas puntas suelen llevar doce estrellas, elemento propio de la iconografía de la Inmaculada Concepción. Por la parte superior se remata con una cruz. Algunas otras Vírgenes, sobre todo las que forman parte de
Calvarios, llevan una diadema a modo de aureola rematada de estrellas.
La Corona de María, es el símbolo de su realeza. Las doce estrellas que lleva la aureola simbolizan las doce tribus de Israel.
El motivo procede del tema de la Asunción de María a los cielos, en que María aparece como «Regina Coeli», coronada por el Hijo, el Padre y el Espíritu Santo en el esplendor de la gloria. La imagen de la Coronación de María es símbolo del matrimonio místico de Cristo y su Iglesia.
EL TOCADO
Es muy variable, desde el simple rostrillo que enmarca la cara, cuyo origen se encuentra en el vestido con que vistió la condesa viuda de Ureña a una talla de la Soledad realizada por el giennense Gaspar Becerra para la reina Isabel de Valois, tercera esposa de Felipe II, a los tocados con mantilla española o con tul o tiras de encaje influenciados por las nuevas modas sevillanas. El tocado es una versión del schebini Judío, simbología del recato en la mujer.
EL VESTIDO
La forma de vestir actualmente a las Vírgenes tienen aún la influencia de los vestidos de la corte del siglo XIX. La imagen lleva un camisón interior que cubre el candelero, y encima una o más enaguas. Encima se pone la falda o la saya, que puede ser entera o compuesta de dos piezas; el corpiño y el delantal, con bordados alegóricos sobre todo el delantal. La saya se ciñe a la cintura con un cíngulo o un fajín. Simbólicamente, el cíngulo o el fajín es una manifestación exterior de la virginidad de María. Las mangas, pueden ser independientes de la saya, suelen estar bordadas en sus puños, y en su interior van los manguitos o puños. A veces, de los puños salen unos puñetes realizados con el mismo encaje o tul que el tocado del rostrillo.
EL MANTO
Cubre la cabeza, y descansa sobre un entramado metálico denominado «pollero», dispuesto a la espalda de la imagen, para que ésta no soporte el peso de dicho manto. La prolongación del manto tiene forma semicircular y generalmente va bordado con temas florales, emblemas reales o escenas concernientes a las diversas advocaciones marianas o a la letanía.
El manto simboliza la protección de María a todos sus hijos, representados durante las procesiones por los costaleros, que bajo el manto encuentran su cobijo material.
Habitualmente, encima de la cabeza y espalda se dispone la toca de sobremanto, sobre la que descansa la corona.
EL PAÑUELO
También llamado manípulo, es un pañuelo de tejido fino, normalmente adornado de encajes y colocado en la mano derecha. Iconográficamente parece que su origen lo tiene en la moda bizantina de las altas damas, aunque el texto popular vea en este objeto el sentido utilitario de enjugar las lágrimas, el símbolo del pañuelo o manípulo es la expresión paralela de la patena en la que el sacerdote presenta la ofrenda del Santo Sacrificio de la Misa, María es pues la Virgen oferente en el sacrificio de su Divino Hijo.
EL PUÑAL
Tiene su simbología en las palabras del anciano Simeón a María en la presentación de
Jesús en el templo: «Una espada atravesará su corazón».
Otras veces, en lugar de un solo puñal, son siete los que aparecen clavados en el corazón, cuya simbología alcanzó gran desarrollo con la contrarreforma y a la que dio gran auge al culto el Papa Pablo V, a principios del siglo XVII (1.606 - 1.621). Los Siete Dolores (Profecía de Simeón, huida a Egipto, Jesús Perdido, el Encuentro en la calle de la Amargura, la Crucifixión, el Descendimiento y la Sepultura) se corresponden con las siete horas canónicas del oficio divino y con los siete gozos (la Encarnación, la Visitación, el Nacimiento, la Purificación y Presentación, Jesús Perdido y hallado en el Templo, la Resurrección y la Ascensión).
EL PALIO
Es la parte más característica del conjunto del paso de una Virgen. El paso de palio es
un altar - símbolo que celebra aspectos de la letanía, como defensa del Dogma de la
Inmaculada.
El palio es el único desarrollo vertical del paso, y puede ser de cuatro tipos:
a) De cajón, formado por un techo sin exorno sobre bastidor y cuatro bambalinas o
faldones de forma rectangular, con cordones cortos.
b) De figura, de rica ornamentación, bordados barrocos, flecos dorados y cordones de
mayor longitud; las bambalinas van partidas entre los varales.
c) Rígido, realizado solo con metal repujado y cincelado y con remates de crestería ,
en lugar de cordones llevan bolas o campanillas.
d) Mixto, con remate de crestería de metal de la que cuelgan las bambalinas de tejido bordado.
Simbólicamente, el palio es un atributo propio de la divinidad, se realiza, sobre el altar móvil del paso, realzando así los atributos de María de Reina y Madre de Dios.
LOS VARALES
Son los cilindros que sostiene al Pal
io. Antiguamente se hacían de madera, pero más
tarde se generalizó el uso del cobre plateado o de plata. Generalmente van sobre unos basamentos con figuras evangélicas y otros motivos. A lo largo del varal hay unos ensanchamientos denominados macollas que simulan nudos de vástagos florales. Se remata con una perilla que se ajusta al palio o a la crestería.
Aunque algunos pasos de palio llevan seis u ocho varales, su número debe de ser doce, ya que simbolizan a los doce apóstoles, colegio apostólico sustentador de la Iglesia Católica Apostólica Romana.
LA CANDELERÍA
Es el conjunto de candelabros de diferentes tamaños que se ponen en la parte delantera del paso en filas paralelas (tandas), ordenados de menor a mayor altura, dejando en la parte central un hueco (calle) para no dificultar la visión del rostro de María. Puede parecer que su misión es ante toso la de iluminar el conjunto del paso, y sobre todo el rostro de la Virgen, pero su simbología, su verdadero significado es el recuerdo del pasaje bíblico del libro de Moisés, Éxodo, de la zarza ardiendo que no se consumía, pues es símbolo de la fe viva de todo cristiano, imperecedera...
LOS CANDELABROS DE COLA
Situados en la parte trasera del paso, y en número de dos, están formados por un
tronco común descendente del que brotan, generalmente, siete vástagos ondulados y
retorcidos, de espléndida apariencia y motivos vegetales; en sus extremos llevan velas de
menor tamaño que las de la candelería protegidas por guardabrisas de cristal o pequeños
faroles.
El tronco común es el símbolo de Dios Padre y cada uno de los vástagos vegetales con la luz de la velas, simbolizan a los siete sacramentos de la Santa Madre Iglesia, mediante los cuales los cristianos nos dirigimos al Padre.
LAS JARRAS
Son el soporte básico del exorno floral, y su tamaño es variable. Las dispuestas en el
frontal son más pequeñas que las que van entre varales.
Están cinceladas y repujadas, y simbolizan la ofrenda a la Madre de Dios, como la azucena que el ángel ofreció a María cuando le comunicó su divina Encarnación.
EL EXORNO FLORAL
Es muy variado, y generalmente se utilizan flores blancas (azahar, claveles blancos, gladiolos, rosas blancas, camelias, orquídeas, azucenas, nardos, paniculatas,...) ya que simbolizan la Virginidad y Pureza de María, como atributo de la defensa Concepcionista de la contrarreforma. Últimamente se están utilizando otros colores y flores exóticas, tales como
anturios, esterlicias, jacintos, lilas, etc.
Generalmente, los pasos de palio de cajón llevan un exorno floral más austero.
La disposición de las flores en las jarras puede ser muy variada, en panal, oval o cónica. También suelen ponerse al ras del suelo del paso, formando una morcilla o guirnaldas
cilíndricas alargadas.
LA CERA
La cera que arde es el símbolo de la Fe, emblema de la vida; cada centímetro de vela que se quema y que merma, es símbolo de la fugacidad inamovible de la vida, del sic transit gloria mundi; pero además es símbolo de ofrenda. Generalmente es de color blanco (nuevamente se alude a la Virginidad de María) pero algunos pasos la llevan de color (amarillo tiniebla, azulada, etc).
En la última fila de la candelería y en las esquinas se utilizan velas rizás o flores de cera, enriquecidas con guirnaldas de flores de cera que se mueven al compás del rítmico avance del paso.
(FUENTE: Boletín Gethsemaní nº 6, editado por la Cofradía de la Oración (Martos))