Día Tercero:
Jesús es crucificado y muere en la Cruz
Señor, que tu muerte no sea para mí un hecho histórico o un suceso que olvide con facilidad. Tú has dado tu vida por mí y has comprado mi alma a gran precio, al precio de tu sangre. Que en todos los momentos de mi vida, sepa agradarte con mi obrar y mi pensar y, a donde yo valla, sepa transmitir que tú eres el único Señor y Salvador, el único Dios en quien se puede confiar.
Jesús, confío en ti. Señor Creo, pero aumenta mi fe.
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