“Las interrelaciones de los jóvenes cofrades en la sociedad del siglo XXI”
1. Los jóvenes cofrades tenemos que hacernos oír en el seno de la Hermandad y en el conjunto de la Sociedad. No podemos tener vergüenza en proclamarnos cristianos y cofrades. No podemos tener miedo a hablar de Cristo. Hay que gritar bien fuerte que somos jóvenes, que somos cofrades, que somos cristianos.
2. Los jóvenes cofrades tenemos que potenciar la Ética cristiana, buscando la Verdad de Cristo y dejándonos de hipocresías.
3. Los jóvenes aglutinan a la Familia y a la Sociedad. Pocas asociaciones son capaces de agrupar hasta cuatro generaciones distintas, como lo logran nuestras hermandades y cofradías.
4. Las Cofradías nos esperan los 365 días del año. A los cofrades y a los no cofrades, porque tenemos el deber de atraer al Evangelio a los que están alejados, a los que llaman a la puerta de la hermandad buscando integrarse en la banda de música, o en la cuadrilla de costaleros, porque ellos necesitan de nuestro cariño y afecto, y de nuestro testimonio, para encontrar a Cristo.
5. La FORMACIÓN es una cita ineludible para cualquier joven cristiano, y por supuesto para el JOVEN COFRADE: nuestra principal tarea es transmitir la FE. No podemos limitarnos a recibir en herencia y transmitir sólo la TRADICIÓN.
“La participación de los jóvenes en la actividad cotidiana de sus Hermandades”.
2. Para ser portadores de la Fe los jóvenes necesitamos una sólida formación cristiana, que debe comenzar desde la infancia. Las Hermandades no pueden suplir en esta tarea a las familias ni a las parroquias, tienen siempre que complementarse unas a otras.
3. También es necesario hacer autocrítica: los jóvenes tenemos que adoptar una postura de mayor compromiso eclesial, y dejar el “postureo” que enturbia las relaciones entre cofrades.
4. Los jóvenes necesitamos un acompañamiento en nuestro camino por parte de los directores espirituales y asistentes religiosos. No puede haber jóvenes cofrades “huérfanos de guía espiritual”.
5. Tenemos que aprender a portar a Cristo antes con el corazón que con los hombros o con el cuello.
"Una reflexión sobre las redes sociales en el mundo cofrade".
1. Las hermandades y cofradías hemos sido pioneras en formas de comunicación como los boletines o las convocatorias de culto. Pero también hemos sido capaces de avanzar y adaptarse a los nuevos tiempos, transformando estos formatos a nuevos contenidos digitales como las páginas web o las redes sociales. Ambos pueden y deben convivir en el tiempo.
2. El riesgo del uso de las redes sociales viene dado por los impulsos, la improvisación y el anonimato. Todo lo que publicamos en las redes sociales debemos hacerlo con una planificación previa, aprovechando la inmediatez del mensaje desde su lado más positivo: la interacción directa con el usuario y no el primer impulso.
3. Otro de los enemigos de las redes sociales es la superficialidad del mensaje. La red social no debe ser utilizada como un arma arrojadiza contra alguien o algo sino que debe ser un medio de información, interacción y formación.
4. La funcionalidad de estos medios no viene de las propias redes sociales sino de las personas que las gestionan, de sus ganas y compromiso. Pero hemos de saber que una persona que forma parte de una hermandad, que forma parte de la Iglesia, no sólo habla en primera persona sino que de sus actos y comentarios se desprende también una corresponsabilidad con el grupo al que pertenece.
5. Las redes sociales son más que un simple tablón de anuncios y avisos. Son un medio de conocimiento, de información y de comunicación.
6. Las redes sociales nunca deben convertirse en un medio de desunión entre los hermanos de una cofradía. Ni tampoco debe convertirse en una herramienta de discusión. Sólo son un medio, no un fin.
7. Es conveniente que cada grupo de los que forman una hermandad tenga su propia red social personalizada, aunque siempre bajo un criterio común y la supervisión de un responsable global de comunicación.
“La Luz de la Formación.”
2. Si no rezamos, si no conocemos el Evangelio ni los Sacramentos, ni tenemos una sólida Formación, no podremos conocer los gestos catequéticos de las Hermandades.
3. Mediante la Formación Jesús nos hace ser luz. Y los jóvenes tenemos que ser luz.
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