viernes, 8 de abril de 2016

Descripción del Cartel Conmemorativo del XXV Aniversario


La obra constituye una exploración sobre el concepto de La Cruz planteado desde
un punto de vista que proponga al espectador conocer e interaccionar con la esencia de su mensaje que va más allá del mero símbolo, siendo el mismo espectador (como sujeto creyente) sustancia fundamental en el proceso de reflexión que debe ser el seguimiento de Fe en el discurso que gira en
torno al mensaje de la Cruz de Cristo.

La Cruz, no es solo el instrumento, la fachada; ligada a lo representativo, es una expansión que fija la mirada más allá de la realidad, siendo también una reinterpretación simbólica del amor; el mismo que tuvo Cristo para morir en la cruz.

Sin Cruz, no habría resurrección, sin resurrección no habría Fe.
Es a partir de esta idea, cuando comienza la tarea evangelizadora de la cruz, una tarea que se ha mantenido durante siglos para difundir a todas las generaciones que la cruz tiene un importante  mensaje de esperanza en la vida eterna que como cristianos ansíamos alcanzar y que esta Hermandad continúa y profesa.

En la obra plástica, se reinterpreta, por tanto, la cruz como icono popular, centrándose en el contenido de su mensaje, como germen y núcleo sobre el que debe sustentarse toda hermandad y que es en sí base y cimiento para su fundación. Es a partir del contenido, el concepto, el mensaje cuando se origina la forma.

La traducción de este concepto en el cartel se muestra con la realización del collage, que rescata partes de epístolas y versículos de S. Pablo a los Corintios, la primera carta de San Pedro o el Evangelio de S. Mateo (entre otros) y que nos recuerdan cual es el verdadero mensaje de la cruz. Todos estos fragmentos dan forma a una reinterpretada cruz de Jerusalén, símbolo y forma característica de la hermandad, que se modifica estéticamente, pero al mantener su esencia, sigue siendo una y única.

Por otro lado, el collage, que justificado artísticamente recupera las poéticas cubistas impulsadas por Braque o Picasso incorpora fragmentos de oraciones que honran a la cruz y que son también elementos tangibles que nos conectan con la dimensión celestial utilizando la cruz como nexo. Y por último y al pie de la cruz, María de Nazareth.

Dentro de esta lectura, que se cuestiona también la cruz desde el punto de vista representacional, el resto de cruces que tradicionalmente acompañan la cruz de Jerusalén, se transfiguran en cuatro cruces que de alguna forma, mantuvieron o mantienen vinculo con nuestro pueblo, haciendo una exploración sobre el recorrido histórico del instrumento como elemento representativo del cristiano pero desde una perspectiva más cercana a nuestra realidad: La cruz de la orden calatrava, la trinitaria, la Paté de los templarios y de nuevo, la cruz de Jersualén. Cruces que además, estarán presentes en las cartelas del paso de misterio de Ntro. Padre Jesús de Pasión y que sirven como herramienta para dar forma plástica al pueblo de Martos, de ahí, su ausencia tipográfica en el cartel pero presente a través de la cruz.

En ancla que aparece dentro de esas cuatro cruces, en la parte inferior derecha, posee una doble lectura a nivel de forma, como conclusión a ese recorrido histórico y haciendo un guiño al origen de los símbolos que utilizaban los cristianos perseguidos, este ancla es una de las primeras representaciones plásticas que propagaba ese mensaje de la cruz que a lo largo del cartel se ha ido explorando.

Por último, la imagen del Stmo Cristo de Pasión aparece como protagonista y foco principal a partir del cual surgen todas las ideas que forman el cartel. Se representa en un primer plano frontal dibujado a grafito, superpuesto a la base pero conectado a su vez con el resto de la obra pues Cristo como divinidad es el eje sobre el que versan estas cuestiones y en este caso, Jesús de Pasión núcleo tangible que aglutina el discurso que este cartel ha pretendido defender.

Para terminar, destacar el uso de la tipografía como verdadero emisor del mensaje anunciado por la totalidad del cuadro.

A pesar de que se ha optado por que sea la imagen la que comunique y dialogue con el espectador, no se puede obviar que todo cartel anuncia algo y existen unas palabras clave que deben combinarse con el resto de elementos compositivos para conseguir la unidad estética y comunicativa.

En este caso, se ha optado por VERA CRUZ, sin ser necesarios más términos ni leyendas que impidan un impacto visual claro y limpio. El impacto debe ser la cruz, la verdadera cruz.

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