martes, 8 de diciembre de 2015

Logo del Año Vera Cruz


El pasado mes de agosto, la Corporación de la Santa Vera Cruz marteña, realizó
una convocatoria pública en la cual solicitábamos propuestas para la elección de un
logotipo que identificara las conmemoraciones de los aniversarios que vamos a celebrar,
bajo el epígrafe de “Año Vera Cruz”.
Han sido diez las propuestas que hemos recibido, de diferentes autores de Martos,
Córdoba, Torredelcampo y Cádiz.
La “Comisión Organizadora del Año Vera Cruz” seleccionó la propuesta efectuada
por Antonio José García Juárez, joven cofrade marteño.



El logotipo a describir se dispone en forma elíptica, en forma de un único óvalo,
dispuesto de manera vertical, que conforma la estructura principal de la obra.
En el centro, en cuerpo de oro, se puede visualizar un pelícano, abriéndose el pecho con su pico, y del que parten sendas gotas de sangre en color blanco, que caen sobre las tres crías de pelícano que hay a sus pies, del mismo tono que el pelícano central.
El pelícano aparece en el arte cristiano en tabernáculos, columnas y altares. Comparado con otro tipo de animales como el águila o el león, que infunden poderío, bravura o soberanía, el pelícano puede parecer hasta ridículo. Pero la comparación con Jesucristo que hicieron los primeros cristianos, no se basaba en esos primeros aspectos, si no en la belleza y la nobleza de su corazón. Cuando sus crías nacen, los pelícanos, al igual que todos los animales, tienen que buscar comida para alimentarles. El rasgo más interesante que se encuentra fuera de lo común, es que si el pelícano adulto no encuentra
comida para sus crías, en vez de abandonarlas (como hace la gran mayoría de los animales) les da de comer de su propia carne. El gran ave se abre el pecho con su pico para alimentar con su sangre y se arranca trozos de su propio cuerpo para dárselos a sus crías. Es decir, sacrifica su vida para que sus hijos puedan vivir. He ahí la gran similitud con Cristo que ofreció su cuerpo y su sangre para la salvación del hombre. Durante la celebración de la eucaristía cuando el presbítero bebe el vino, está bebiendo la sangre de Cristo y recibiendo la vida de él. Ese es el momento en que Cristo nos alimenta
con su cuerpo y sangre para salvarnos y así poder recibir la vida eterna. Al igual que las crías del pelícano no podrían vivir sin la carne que les da su propia carne, así también nuestra alma no podría vivir sin el alimento de la eucaristía (el cuerpo y la sangre de nuestro Dios). Por este motivo el pelícano se utilizó como símbolo cristiano, símbolo de piedad y sacrificio, resaltando la más alta expresión del amor humano y divino. El pelícano es, además, símbolo principal y más destacado del escudo de nuestra corporación, .representado de un modo barroquizado, estilizado y elegante, representando en su pecho el Alfa y Omega, así como en su centro la Sagrada Forma. Este símbolo, además, es visible en el sagrario de nuestra sede canónica, por lo que aún más si cabe el pelícano es un símbolo de gran arraigo, tradición y simbolismo tanto cristiano como sentimental dentro de nuestro grupo parroquial. El pelícano central se encuentra orlado por una senda orla en la que se repiten de manera simétrica una serie de rayos seprenteantes y otros rayos lisos, típicos del más dieciochesco rococó, en campo de oro con degradados que marcan cierto sombreado y textura, con lo que destaca de manera mesurada el conjunto al completo. Esta orla se encuentra inspirada en los rayos que timbran la ráfaga de la corona procesional de Nuestra Señora María de Nazareth.
 Esta orla, a su vez, se encuentra timbrada en su zona superior por una cruz de oro, de la misma tonalidad del conjunto al completo, en la que se vislumbran tres piezas en gules y que posee como cantoneras tres piezas con similar forma a las flores de lis, que rememoran a las piezas de orfebrería que timbran los rayos lisos de la ráfaga de la corona que anteriormente ha sido mencionada, rememorando así la pieza que corona las sienes de María de Nazareth.
En la zona inferior de la orla, en un barroco y estilizado pergamino en tonos beige tostado en distintos degradados, se encuentra el lema “VERA CRUX TUCCI” en trazos de sinople y que, traducido, es el nombre de nuestra corporación, y la ciudad a la que pertenece (recordemos que la Augusta Gemella Tuccitana, o Tucci, es el nombre romano de la ciudad de Martos, y por ello el nombre de Tucci guarda tanto simbolismo con nuestra localidad). A ambos lados del pergamino, cada uno en un borde distinto de la lazada del mismo, podemos encontrar dos escudos acolados: a la diestra, el escudo
en gules de la Orden Calatrava, orden muy vinculada históricamente a la ciudad de Martos, y también orden con cierta vinculación histórica a nuestra corporación durante algunos períodos de su existencia primitiva (recordemos que la primitiva Santa Vera Cruz se extingue tras los sucesos de 1936, pero antes de ello hubo unos 4 siglos de historia). 
En la siniestra, en campo de gules, y en iguales tonos que el escudo de la diestra, el emblema de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, conformado por la granada, vertical y frontal, sobre la que se dispone una cruz, y a sus pies dos ramas que se entrelazan en su parte central. Este emblema representa simbólicamente a nuestra sede, la Sacra Iglesia Parroquial de San Juan de Dios, que acoge a la corporación desde 2001 hasta nuestros días, y la cual supone todo un emblema sentimental y afectivo para los miembros de nuestro grupo parroquial.
Como colofón, en la zona inferior del conjunto se presentan, en igual tipografía y tonalidad que los vocablos del pergamino, la cita “AÑO VERA CRUZ - 2016/2017”, presentándose los vocablos en la zona superior y las fechas en la zona inferior, dando a ver la efeméride que se está celebrando y los años que han de durar tales acontecimientos.

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