Queridos hermanos:
Hoy los sentimientos afloran en los hermanos más antiguos y en aquellos que, por cualquier motivo, ya no se encuentran en las nóminas de hermanos porque los recuerdos vienen a la mente dónde mucho fue el trabajo, las alegrías vividas, las familias que se formaron, los cultos que se hicieron; tanto fue lo que en ese "hospital" se vivió que llegó a convertirse en casa de todos nuestros hermanos.
Sin embargo,aunque esto ya forma parte de nuestra historia, el Señor designa los caminos de cada persona, o en este caso de cada grupo, y en esta ocasión, hizo que un nuevo "hospital" nos volviera a dar vida, una vida que está más viva que nunca y que hace que no cambiemos nuestra casa por nada.

Sirvan estas líneas como homenaje a nuestros hermanos que hoy ven la cara del Señor de sus desvelos, con el que pasarán grandes momentos y con el que compartirán sus confidencias y sus inquietudes. "Yo soy la luz del mundo" que iluminará el corazón de cada hermano franciscano.
Fdo.: vuestros padrinos de bendición.
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