Por segunda vez en este año, Nuestra Señora María de Nazareth bajó de su altar para postrarse ante sus fieles y devotos, arropando a todos sus hijos con su manto de bendición.
La Parroquia de San Juan de Dios, engalanada para tal efecto, mostraba a María de Nazareth, por vez primera, expuesta en Solemne Besamanos en el altar mayor, con un suntuoso altar de serpenteantes formas que timbraban en la flamante cruz de guía que presidía el conjunto. La imagen de la Señora presidía sobre la peana que, con gusto, nos han cedido nuestros hermanos de la Cofradía de la Oración y Amargura, ataviada con saya burdeos y manto de salida en terciopelo negro, estrenando el tejido del tocado que contrastaba con la suntuosidad de la mantilla, de tonalidades oscuras y doradas, que remataba al mismo. Asimismo portaba el fajín de capitanía de D. Juan Espinosa, al igual que ha hecho en otras ocasiones.
Una jornada cargada de emoción y recogimiento ante la Madre de Dios, que vieron su cénit en el cierre del Besamanos, donde nuestro Párroco Presidente, D. Miguel José Cano, nos deleitó con bellos cánticos de alabanza a nuestra Madre y profundas meditaciones. Bajo el lema, que promulgara San Juan Pablo II, "Totus tuus María", comenzaba esta oración ante la Madre; ese momento de silencio, de contemplación,... Que unió a todos los cofrades y devotos, jóvenes y mayores, ante Nuestra Señora.
Sin duda alguna, una jornada para recordar dentro de este año tan cargado de extraordinarios momentos, cambios y emociones.